lunes, 4 de abril de 2011

Se cumplen 155 años del nacimiento de Adolfo Castiñeyra, arquitecto que finalizó nuestra Parroquia de la Inmaculada.

Adolfo Castiñeyra y el Art Nouveau
De ascendencia gallega y catalana, Castiñeyra dejó su huella arquitectónica en numerosos y populares edificios civiles y religiosos de la capital y la provincia
POR JUAN JOSÉ PRIMO JURADO
Día 03/04/20111 comentarios (ABC Córdoba)

 
De ascendencia gallega y catalana, era hijo de Mariano Castiñeyra, maestro de obras. Cursó la carrera de Arquitectura en Madrid y obtuvo su título en 1888, pasando a ser Ayudante Facultativo de las obras de la Biblioteca y Museos Nacionales. En 1891 vuelve a su ciudad natal, al ser nombrado Arquitecto de egunda del Ayuntamiento. Posteriormente, también obtendrá los puestos de rquitecto de la Diputación de Córdoba (1893) y Arquitecto del Obispado (1894).
 
Hoy podemos admirar su obra en numerosos edificios que nos son familiares. Empecemos por la capital. En la avenida Gran Capitán, esquina con la calle Reyes Católicos, construyó en 1907 el palacete del magistrado Teófilo Álvarez Cid, actualmente sede del Colegio de Arquitectos. Destaca la balconada superior, los ventanales a base de arcos, relieves con guirnaldas y el contraste del blanco de éstos con el rosado de los muros. El interior conserva pinturas murales originales.
 
En la esquina de las calles Alfonso XIII y Carbonell y Morand alzó en 1906 el inmueble destinado a Gobierno Civil y Diputación, el cual se dedicó luego a Escuela Politécnica y alberga el IES Maimónides. Para el catedrático Alberto Villar, ésta es la mejor muestra de Art Nouveau de Castiñeyra. El art ouveau o modernismo, proclamaba la libertad del arquitecto frente a los preceptos académicos del historicismo ecléctico dominante en décadas anteriores y concedía a la ornamentación un papel mucho más relevante que otros estilos artísticos
 
En el actual Instituto Maimónides destaca su exorno, la abundancia de grandes girasoles y flores, la majestuosidad del balcón semicircular de la fachada principal —«demasiado balcón para una calle tan escueta», afirma Villar que descansa sobre la puerta de entrada, unas columnas exentas que soportan, a modo de entablamento, un frontón partido y una exuberante ornamentación floral en el perfil de las volutas que resaltan las claves de los arcos.
 
En Córdoba realizó edificios particulares de estilo modernista en Puerta Gallegos (desaparecido) y en las calles Gondomar, Gran Capitán y Claudio Marcelo. Concretamente, en esta nueva vía edificó las casas número 4, 6, 8, 11 y 13. Amplió en 1918 la Caseta del Círculo de la Amistad y participó, junto al escultor Mateo Inurria, en la recuperación de la iglesia del convento de San Pablo, impulsada entre 1897 y 1903 por el primer superior de los misioneros claretianos, el padre Pueyo. Castiñeyra respetó el arte gótico del templo, salvo en la capilla del Cristo de la Expiración, a la que dio un estilo neomudéjar.
 
Como arquitecto diocesano realizó la iglesia de Santa Bárbara, en la parte de Pueblonuevo de Peñarroya-Pueblonuevo (1913), terminó la de la Inmaculada en Villa del Río (1894) y restauró la de San Mateo de Lucena (1898). Su sello modernista, sin embargo, es más perceptible en la provincia en los edificios civiles, como la portada del cementerio de Añora (1903) y la cárcel del partido en Pozo blanco (1906) hoy edificio de los juzgados. Atribuible a él, aunque sin seguridad total, es el palacete de Celestino Romero o la Casa Cardona, en Fuente Obejuna, el más notable edificio modernista de la provincia.
 
En 1892 fue nombrado director de la Escuela de Artes y Oficios y en 1900 miembro de la Real Academia de Córdoba. En 1881 había contraído matrimonio, en Madrid, con la portorriqueña María del Carmen Alfonso, quien le dio tres hijas y un hijo. Castiñeyra fallecerá en Córdoba en junio de 1920. En 1985 se le tributó un homenaje en forma de exposición sobre su obra.
 
POR JUAN JOSÉ PRIMO JURADO