Manuel Aranda. Presidente de la Unión de Empresarios de la Madera (Unemac) Hombre inquieto, cercano y afable, no es un recién llegado al movimiento empresarial. A los 30 años que lleva al frente de su negocio habría que sumar el compromiso representativo que tiene adquirido en diversas federaciones sectoriales a nivel provincial, regional y nacional. Ahora, Manuel Aranda se decide a encabezar una candidatura para presidir la patronal
FRANCISCO JAVIER DOMÍNGUEZ.www.eldiadecordoba.com
Dicen quienes conocen a Manuel Aranda (Córdoba, 1943) que es uno de esos hombres insatisfechos por naturaleza, un empresario de fibra que siempre cuenta con varios proyectos en la recámara de su acelerada vida; en su mente, el final de una idea hace brotar otra con fuerza. Insatisfecho por naturaleza, cuando consiguió que la Junta se fijara en Lucena como sede del Centro Tecnológico de la Madera, referente del sector en Andalucía, ya estaba pensando en la creación de un puerto franco de aduanas en la ciudad de la Subbética, para mejorar así las condiciones del comercio exterior en la provincia. Sin embargo, y pese a la intensa relación que guarda con Lucena y Villa del Río -centros madereros de la provincia-, la sede de su actividad empresarial está fijada en una nave del polígono industrial de Las Quemadas y él es cordobés de nacimiento y sentimiento. No ha cumplido su primer mandato en la Asociación de Empresarios del Mueble, la Madera y Afines (Unemac) y ya plantea su conquista de la presidencia de la patronal cordobesa. Pero ante todo, Manuel Aranda es un hombre hogareño, que confía en su gente, pues sus hijos son los encargados de dirigir la empresa familiar desde que este candidato a dirigir la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) se dedicó de lleno a sus actividades en los distintos colectivos empresariales a los que pertenece.
A Aranda le gusta hablar de asociacionismo, consenso y diálogo como claves de la política que se debe llevar al frente de una organización como CECO. Avales para defender estos postulados no le faltan, puesto que nadie puede negar que Unemac es hoy una asociación mucho más cohesionada, significativa a nivel provincial y representativa desde que Manuel Aranda alcanzó la presidencia.
Encabeza también la Confederación Andaluza de Empresarios de la Madera y es miembro de la Junta Directiva de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Además, el presidente de Unemac lo es de Rimacor y forma parte del Consejo Rector del Consorcio Escuela de la Madera. Ocupa un puesto en el Comité Ejecutivo de CECO y, en el ámbito estatal, pertenece a la Confederación Nacional de Empresarios de la Madera (Confemadera).
Manuel Aranda, detrás de todo el boato que rodea a esta suma de cargos empresariales, representa un hombre sencillo y cercano en el trato, a quien no se le aprecia ningún rasgo pedante, porque, según se define él mismo, es una persona de trato directo, amiga del tú a tú. En su indumentaria habitual, la chaqueta de punto se impone a la americana y al traje. Incluso luce una barba de dos días con frecuencia, aspecto éste que le confiere una imagen distinta a la del típico empresario con más de 30 años de experiencia al frente de su actividad. La firma de Manuel Aranda es Novoplast Decoración, que entra dentro de las actividades denominadas "afines a la madera", y se dedica a la arquirtectura de interiores y recubrimientos.
Pese a la distancia que hoy separa a Carreto y a Aranda, su vida está muy cercana en lo humano: los dos cuentan con la misma edad y los dos tienen cinco hijos. Los dos, además, han elegido la senda pública después de forjarse como empresarios para salir adelante. El día 11 de mayo se verán las caras y se dirimirá quién encabeza el momiento empresarial cordobés. Las urnas reflejarán si Carreto conserva sus actuales apoyos o si, por el contrario, Aranda consigue más de los esperados.
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Dicen quienes conocen a Manuel Aranda (Córdoba, 1943) que es uno de esos hombres insatisfechos por naturaleza, un empresario de fibra que siempre cuenta con varios proyectos en la recámara de su acelerada vida; en su mente, el final de una idea hace brotar otra con fuerza. Insatisfecho por naturaleza, cuando consiguió que la Junta se fijara en Lucena como sede del Centro Tecnológico de la Madera, referente del sector en Andalucía, ya estaba pensando en la creación de un puerto franco de aduanas en la ciudad de la Subbética, para mejorar así las condiciones del comercio exterior en la provincia. Sin embargo, y pese a la intensa relación que guarda con Lucena y Villa del Río -centros madereros de la provincia-, la sede de su actividad empresarial está fijada en una nave del polígono industrial de Las Quemadas y él es cordobés de nacimiento y sentimiento. No ha cumplido su primer mandato en la Asociación de Empresarios del Mueble, la Madera y Afines (Unemac) y ya plantea su conquista de la presidencia de la patronal cordobesa. Pero ante todo, Manuel Aranda es un hombre hogareño, que confía en su gente, pues sus hijos son los encargados de dirigir la empresa familiar desde que este candidato a dirigir la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) se dedicó de lleno a sus actividades en los distintos colectivos empresariales a los que pertenece.
A Aranda le gusta hablar de asociacionismo, consenso y diálogo como claves de la política que se debe llevar al frente de una organización como CECO. Avales para defender estos postulados no le faltan, puesto que nadie puede negar que Unemac es hoy una asociación mucho más cohesionada, significativa a nivel provincial y representativa desde que Manuel Aranda alcanzó la presidencia.
Encabeza también la Confederación Andaluza de Empresarios de la Madera y es miembro de la Junta Directiva de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Además, el presidente de Unemac lo es de Rimacor y forma parte del Consejo Rector del Consorcio Escuela de la Madera. Ocupa un puesto en el Comité Ejecutivo de CECO y, en el ámbito estatal, pertenece a la Confederación Nacional de Empresarios de la Madera (Confemadera).
Manuel Aranda, detrás de todo el boato que rodea a esta suma de cargos empresariales, representa un hombre sencillo y cercano en el trato, a quien no se le aprecia ningún rasgo pedante, porque, según se define él mismo, es una persona de trato directo, amiga del tú a tú. En su indumentaria habitual, la chaqueta de punto se impone a la americana y al traje. Incluso luce una barba de dos días con frecuencia, aspecto éste que le confiere una imagen distinta a la del típico empresario con más de 30 años de experiencia al frente de su actividad. La firma de Manuel Aranda es Novoplast Decoración, que entra dentro de las actividades denominadas "afines a la madera", y se dedica a la arquirtectura de interiores y recubrimientos.
Pese a la distancia que hoy separa a Carreto y a Aranda, su vida está muy cercana en lo humano: los dos cuentan con la misma edad y los dos tienen cinco hijos. Los dos, además, han elegido la senda pública después de forjarse como empresarios para salir adelante. El día 11 de mayo se verán las caras y se dirimirá quién encabeza el momiento empresarial cordobés. Las urnas reflejarán si Carreto conserva sus actuales apoyos o si, por el contrario, Aranda consigue más de los esperados.