viernes, 10 de enero de 2020

El mecenazgo de la Diputación de Córdoba

José Javier Rodríguez Alcaide
09/01/2020

Doscientos años son los que la Diputación Provincial de Córdoba viene ejerciendo el mecenazgo cultural y artístico bajo multitud de fórmulas asistenciales y promocionales.

Si se desea conocer esa ingente tarea interminable y con momentos álgidos y deprimidos, detallados económica y onomásticamente, conviene leer detenidamente el libro de la investigadora María del Carmen Martínez Hernández, editado el pasado año por la Diputación bajo el título El mecenazgo de la Diputación de Córdoba en los siglos XIX y XX.

Quien se precie de ser cordobés debe tener este libro en sus manos porque es una joya, nacida de la detallada investigación de los archivos de la Diputación desde las Cortes de Cádiz (1813-1823) hasta la Diputación democrática de 1979 presidida por don Diego Romero. Seria y rigurosa investigación archivística, apadrinada por una excelente revisión bibliográfica y listas onomásticas a pie de página.

Han sido decenas los becados y pensionados por la Diputación Provincial, muchos de cuyos nombres aparecen en el texto y en las notas a pie de página en el mundo de las ciencias, las letras y las artes.

La portada del libro está ilustrada con la pintura de Manuela Pozo Lora titulada Muchacha con bufanda y en el interior se disfrutan reproducciones de cuadros premiados como Los teólogos de Miguel del Moral (en la foto), Retrato de niña de Pedro Bueno, Paisaje del retiro de Rafael Botí y Tipos de barrio chino de López-Obrero, quienes fueron pensionados y becados por esta corporación como también lo fueron los músicos Martínez Rücker, Eduardo Lucena, José Timoteo y Pedro Orozco.

La Diputación acertó al elegir a estas personas como becados y pensionados porque luego pusieron el nombre de Córdoba en el arco iris. A estos nombres la investigadora añade a otros muchos que lo fueron, brillantes y reputados en el mundo de la enseñanza, medicina y veterinaria.

María del Carmen Martínez ha realizado una labor encomiable, rigurosa y científica al aportar esta visión longitudinal y sectorial del mecenazgo de nuestra Diputación Provincial, institución a la yo he estado unido como becario de Veterinaria desde 1956 a 1960. Esta relación personal nunca se interrumpió sino que se intensificó cuando desarrollé mi labor de diputado desde 1972 a 1979 y de secretario de la comisión que se creó entre las diputaciones provinciales andaluzas y la Asamblea de Parlamentarios de Andalucía, desde 1977 hasta que se constituyó la Junta Preautonómica de Andalucía mediante decreto del ministro Clavero Arévalo.

En este libro aparece detallada la gran labor de la Diputación Provincial en materia de beneficencia y asistencia, que fue muy intensa en el periodo de 1960 a 1979, luego continuada por la corporación presidida por Diego Romero hasta que la Junta de Andalucía recibió la competencias en estas materias.

Para quienes gusten de indagar en este mecenazgo desde una visión económica y presupuestaria encontrarán datos esclarecedores. Como becario que fui de esta corporación provincial, he seguido con interés los apéndices dedicados a presupuestos y al tipo y cuantía de becas y pensiones desde 1909 a 1961.

La nómina de becados y pensionados es tan elevada en este periodo de años, sobre todo, hasta 1961, que encontrarán sus descendientes sus nombres allí reflejados, sobre todo y para sorpresa de muchos, de mujeres que representaron el 41 por ciento del total de becados y pensionados.