lunes, 7 de julio de 2014

Un villarrense se enfrenta a 5 años de prisión por arrancarle mechones de pelo a su mujer

P. GARCÍA-BAQUERO / CÓRDOBA Día 07/07/2014 -
El escrito de Fiscalía recoge que la maltrató embarazada dándole patadas. Los malos tratos se sucedieron desde 2005 a 2010
Un vecino de Villa del Río se sentará este miércoles en el banquilloacusado de varios delitos de maltrato físico y psíquicos contra su mujer, a la que llegó a arrancar mechones de pelo y cuero cabelludo arrastrándola desde un garaje a su casa, sin importarle con qué se golpeaba por el camino.


El Ministerio Fiscal pide para él como presunto autor de un delito de maltrato habitual físico y psíquico y tres años de prisión y dos años más por sendos delitos de maltrato físico. El escrito de la acusación pública recoge que el acusado M.D.L. ha sometido desde el año 2005 a su esposa a continua violencia física y psíquica, que se manifestaba en diversas vertientes de la vida cotidiana, ejerciendo el abuso de poder sobre ésta a través de insultos desvalorizantes (guarra o perra porque no limpiaba la casa) el control de su conducta, su aspecto físico, sus amistades, el control económico, el aislamiento familiar, así como violencia sobre objetos. Igualmente le dirigía mensajes aterrorizantes como que le iba a matar o se quitaría la vida si dejaba la relación. En esta espiral de violencia, dentro del ámbito de las relaciones conyugales, el acusado finalmente controlaba y subyugaba a su esposa a través de agresiones físicas, incluso estando embarazada, le dio varias patadas en el suelo o de vacaciones en Málaga, cuando le dio un fuerte puñetazo por abrir la puerta del baño cuando éste se encontraba dentro.

La última agresión y que motivó la denuncia fue el 14 de marzo de 2010 cuando la mujer que había pasado la noche en casa de su madre para evitar discusión con su marido, volvió a las 8 de la mañana a su domicilio conyugal, estando su marido en casa, de tal modo que al verla aparecer, le profirió gran cantidad de insultos culpándola de pasar la noche con otros hombres, y al pedirle que no le dijera esas cosas, el acusado le agarró la cabeza a la altura de las orejas y la zarandeó hasta acercarle a la pared del salón golpeándola varias veces contra la pared.

La mujer logró desairarse de su marido e intentó escapar dándole alcance su marido en la cochera donde empezó a tirar de ella, sin preocupase por qué parte del cuerpo así a su mujer, llevándola a rastras otra vez, para dentro de la casa, como un fardo, sin importarle donde se golpeaba el cuerpo de su esposa y así la arrastró de nuevo al salón.

Una vez en el salón, el acusado teniendo a esta mujer a su merced, la arrojó al sofá propinándole multitud de puñetazos. Pasando un tiempo, la mujer logró escabullirse pero no abandonó el domicilio por miedo cerval al acusado.

A las 19.00 horas de ese mismo día, acudió al domicilio la madre de la denunciante que viendo el estado en que se encontraba su hija a la que tuvo que retirarle mechones de pelo arrancado y que continuaban pegados en su cara le rogó que acudiera al médico y denunciara a su marido. La víctima rehusó ir al médico con su madre y fue con el marido una vez anocheció, con la finalidad de que nadie la viera, diciéndole al médico que se había caído por las escaleras.

Al día siguiente, llamó a su madre y accedió a abandonar el domicilio conyugal e ir al médico para posteriormente poner una denuncia. La paliza le causó traumatismo craneoencefálico, contusiones, erosiones en manos, pies ,costado, muslos y sangrado interior de la oreja. Además, un año después al ser valorada por la Unidad de Valoración Integral de Violencia de Género, la mujer aún presentaba sintomatología depresiva de carácter grave, ansiedad, fobia, deterioro de la autoestima, que precisaron de terapia.