Casi 300 municipios de toda España ya prohíben los circos con animales y es Villa del Río quien tiene ahora la oportunidad de manifestarse en este tema; algunos vecinos ya lo están haciendo y lo están pidiendo.
Cataluña se convirtió el año pasado en la primera comunidad autónoma que prohibía los circos con animales salvajes en España. Fue posible después de que 100 municipios de la región se negaran a autorizar la instalación de estas compañías en su territorio. De acuerdo con las asociaciones animalistas, "hay ayuntamientos de todos los colores, no es un tema partidista ni político".
La LEY es muy clara, pero no la pasamos por el culo.
Las Leyes de Protección de los Animales de las 17 comunidades autónomas de España estipulan que los animales deben ser alojados en condiciones compatibles con los imperativos biológicos de su especie. En todas estas leyes comunitarias se prohíbe utilizar animales en espectáculos si estos son sujetos a maltrato o forzados a realizar comportamientos antinaturales o si hieren la sensibilidad de los espectadores. Aunque esta prohibición, por definición, incluye los circos que utilizan animales, en el momento de su aplicación, las autoridades consideran su redacción abierta a interpretación.
No existe ninguna legislación específica a la tenencia y protección de los animales de circo. Así pues, no existen requisitos de las condiciones, tanto de bienestar de los animales como de seguridad del público, en que deben alojarse los animales.
En España pueden actuar a lo largo de todo el año entre 80 y 100 compañías con animales salvajes, de las cuales sólo unas 10 son españolas. La gran mayoría, aseguran, proceden del sur de Italia, y entre las especies salvajes que les acompañan predominan los tigres, leones y elefantes. La utilización de estos animales, sometidos a un "gran estrés" al estar en cautiverio, conlleva diferentes riesgos, sobre todo de seguridad. Los transportes, al ser itinerantes, "se hacen en condiciones penosas", un hecho que ha denunciado la Federación de Veterinarios Europeos en nota de prensa. En este sentido, Francia ha regulado las condiciones en las que se deben encontrar estos animales, mientras Austria, Bolivia, Grecia o Malta son algunos de los países que prohíben los circos con animales de manera íntegra. La prohibición total (sin distinción alguna entre domésticos o salvajes) es lo que busca Ecologistas en Acción, pero la mayoría de los ayuntamientos en España sólo aplica la norma para este último caso, una postura que se ha convertido en foco de discusión y debate dentro de las diferentes asociaciones. Así, hay voces que piden ampliar el abanico a cualquier tipo de animal ya que, lo que denuncian, es que se les utiliza como "objetos", y esta práctica traslada "elementos negativos" a la población más joven. "Los adiestramientos siempre conllevan un maltrato mayor o menor". Por eso piden una "reconversión de los circos", de manera que el vacío que dejen esos animales se puede solventar con la contratación de personas, lo que "beneficiaría la situación de desempleo" que atraviesa España en la actualidad. A esta reconversión se refiere también Alberto Díez, quien destaca que fueron las propias compañías, como el Circo del Sol, las que empezaron a cambiar de estrategia debido a los problemas legales que les acarreaban los animales salvajes. Los problemas que no contempla la ley El limbo legislativo que existe en cuanto a la seguridad, la protección y la sanidad de estas criaturas —y que ha denunciado la Federación de Veterinario de Europa— es uno de los muros contra los que se chocan constantemente las asociaciones.
La concesión de las subvenciones al sector circense es otra de las principales trabas. Para empezar, los circos necesitan una autorización de los ayuntamientos para poder instalarse en su territorio, se trate de un terreno público o privado, pero éstas no se conceden hasta un par de semanas antes. Las ayudas que otorga el Ministerio de Educación al INAEM (Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música) —organismo encargado de repartirlas entre los circos españoles que lo soliciten en función de su movilidad— no tiene en cuenta esas autorizaciones.
¿Quién o cómo se ha autorizado la instalación de un circo con animales en Villa del Río?. De momento se desconoce, porque aunque no lo parezca, al alcalde también se la cuelan, como al parecer ha sucedido.
CIRCO SI, pero sin animales: Es una de las muchas consignas de esta campaña, en la que dejan claro que no están en contra de los nuevos y modernos espectáculos de circo sin animales, los cuales incluso están dando más trabajo y mayor prestigio al género; dicen NO al uso de animales en espectáculos.
El reto: Cuantos más ayuntamientos desautoricen estas prácticas menos molestarán a estos animales, explotados, maltratados y sometidos a una vida lejos de su ambiente natural.
(AH)
Cataluña se convirtió el año pasado en la primera comunidad autónoma que prohibía los circos con animales salvajes en España. Fue posible después de que 100 municipios de la región se negaran a autorizar la instalación de estas compañías en su territorio. De acuerdo con las asociaciones animalistas, "hay ayuntamientos de todos los colores, no es un tema partidista ni político".
La LEY es muy clara, pero no la pasamos por el culo.
Las Leyes de Protección de los Animales de las 17 comunidades autónomas de España estipulan que los animales deben ser alojados en condiciones compatibles con los imperativos biológicos de su especie. En todas estas leyes comunitarias se prohíbe utilizar animales en espectáculos si estos son sujetos a maltrato o forzados a realizar comportamientos antinaturales o si hieren la sensibilidad de los espectadores. Aunque esta prohibición, por definición, incluye los circos que utilizan animales, en el momento de su aplicación, las autoridades consideran su redacción abierta a interpretación.
No existe ninguna legislación específica a la tenencia y protección de los animales de circo. Así pues, no existen requisitos de las condiciones, tanto de bienestar de los animales como de seguridad del público, en que deben alojarse los animales.
En España pueden actuar a lo largo de todo el año entre 80 y 100 compañías con animales salvajes, de las cuales sólo unas 10 son españolas. La gran mayoría, aseguran, proceden del sur de Italia, y entre las especies salvajes que les acompañan predominan los tigres, leones y elefantes. La utilización de estos animales, sometidos a un "gran estrés" al estar en cautiverio, conlleva diferentes riesgos, sobre todo de seguridad. Los transportes, al ser itinerantes, "se hacen en condiciones penosas", un hecho que ha denunciado la Federación de Veterinarios Europeos en nota de prensa. En este sentido, Francia ha regulado las condiciones en las que se deben encontrar estos animales, mientras Austria, Bolivia, Grecia o Malta son algunos de los países que prohíben los circos con animales de manera íntegra. La prohibición total (sin distinción alguna entre domésticos o salvajes) es lo que busca Ecologistas en Acción, pero la mayoría de los ayuntamientos en España sólo aplica la norma para este último caso, una postura que se ha convertido en foco de discusión y debate dentro de las diferentes asociaciones. Así, hay voces que piden ampliar el abanico a cualquier tipo de animal ya que, lo que denuncian, es que se les utiliza como "objetos", y esta práctica traslada "elementos negativos" a la población más joven. "Los adiestramientos siempre conllevan un maltrato mayor o menor". Por eso piden una "reconversión de los circos", de manera que el vacío que dejen esos animales se puede solventar con la contratación de personas, lo que "beneficiaría la situación de desempleo" que atraviesa España en la actualidad. A esta reconversión se refiere también Alberto Díez, quien destaca que fueron las propias compañías, como el Circo del Sol, las que empezaron a cambiar de estrategia debido a los problemas legales que les acarreaban los animales salvajes. Los problemas que no contempla la ley El limbo legislativo que existe en cuanto a la seguridad, la protección y la sanidad de estas criaturas —y que ha denunciado la Federación de Veterinario de Europa— es uno de los muros contra los que se chocan constantemente las asociaciones.
La concesión de las subvenciones al sector circense es otra de las principales trabas. Para empezar, los circos necesitan una autorización de los ayuntamientos para poder instalarse en su territorio, se trate de un terreno público o privado, pero éstas no se conceden hasta un par de semanas antes. Las ayudas que otorga el Ministerio de Educación al INAEM (Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música) —organismo encargado de repartirlas entre los circos españoles que lo soliciten en función de su movilidad— no tiene en cuenta esas autorizaciones.
¿Quién o cómo se ha autorizado la instalación de un circo con animales en Villa del Río?. De momento se desconoce, porque aunque no lo parezca, al alcalde también se la cuelan, como al parecer ha sucedido.
CIRCO SI, pero sin animales: Es una de las muchas consignas de esta campaña, en la que dejan claro que no están en contra de los nuevos y modernos espectáculos de circo sin animales, los cuales incluso están dando más trabajo y mayor prestigio al género; dicen NO al uso de animales en espectáculos.
El reto: Cuantos más ayuntamientos desautoricen estas prácticas menos molestarán a estos animales, explotados, maltratados y sometidos a una vida lejos de su ambiente natural.
(AH)