SANTIAGO CALERO REDONDO, SACERDOTE - 67 años
27/07/1869 PEDROCHE (CÓRDOBA)
18/08/1936 VILLA DEL RÍO (CÓRDOBA)
Nació en el seno de una familia profundamente cristiana y practicante. Sus padres, Manuel e Isabel, tejedores de oficio, le impusieron de nombres Santiago Aurelio al día siguiente de su nacimiento.
Ingresó a la edad de 13 años en el Seminario de San Pelagio, con un informe muy favorable de su Párroco: "Es joven de una conducta moral irreprensible, vida cristiana por su constante asistencia a todos los actos religiosos, ocupándose en repetidas ocasiones en el servicio de la parroquia y ayudar la Santa Misa".
Fue ordenado presbítero el 10 de marzo de 1894 y destinado un mes después, en calidad de coadjutor, a la Parroquia de San Sebastián en Torrecampo, además de ser su notario eclesiástico. En febrero de 1912 fue nombrado cura ecónomo, obrero y colector de dicha Parroquia. Atendió con celo las diversas capellanías de la misma, sobre todo la de las Hijas de María. Su prioridad pastoral, cuenta, fue "el fomento de la piedad", atendiendo también la aldea de San Benito como cura ecónomo.
Al ser convocadas las oposiciones a curatos, concurrió a los exámenes y obtuvo en propiedad, en 1918, la Parroquia de la Inmaculada Concepción en Villa del Río. En respuesta a las indicaciones del obispo Guillamet, Santiago Calero se aplica con diligencia a la creación del Sindicato Católico Agrario. Y estudia todas las vías posibles para implantar la catequesis parroquial. Para conmover el sentimiento religioso de sus fieles, Santiago sólo vio un camino: desarrollar la devoción popular a la Patrona del pueblo, la Virgen de la Estrella.
El primer golpe que recibe Santiago Cañero es el incendio provocado en el templo parroquial el 14 de julio de 1931. El Juzgado de 1ª Instancia de Montoro instruyó el sumario. Ni el obispo ni Santiago quisieron personarse en él; ambos prefirieron el silencio y el perdón.
El 18 de julio de 1936 se crea el Comité de Defensa de la República en el pueblo. A los pocos días, la Parroquia, la Iglesia de Jesús y el Santuario de la Virgen de la Estrella fueron saqueados y destruidas las imágenes y enseres.
Relata Antonio Torralba Borrego: "A mediados de agosto oí decir por las calles del pueblo que don Santiago con el coadjutor don Juan Cano Gómez, el sacristán y otros vecinos más habían sido fusilados en la carretera que conduce a Lopera. Fueron sacados de sus casas respectivamente y llevados al lugar de su muerte".
Terminada la guerra, fueron extraídos de una fosa común los cuerpos de las personas que fueron sacrificadas en aquella noche; se sepultaron en un mausoleo en el Cementerio de Lopera. Allí figuran sus nombres y se dice que los allí sepultados murieron entre el 18 de agosto.
JUAN CANO GÓMEZ
SACERDOTE - 73 años
28/02/1863 VILLA DEL RÍO (CÓRDOBA)
18/08/1936 VILLA DEL RÍO (CÓRDOBA)
Sacerdote de la diócesis de Córdoba, recibió el presbiterado el 18 de marzo de 1893. Fue enviado, al mes de su ordenación, como coadjutor de la parroquia de Ntra. Sra. De la Asunción de Bujalance, con residencia en Morente.
El 5 de febrero de 1894 es nombrado coadjutor de la parroquia de Villa del Río donde ejercerá su labor durante 42 años. Los informes periódicos de sus párrocos presentan la imagen de un sacerdote fiel cumplidor de sus tareas pastorales. Fue confesor extraordinario de las siete religiosas que componían la comunidad de Franciscanas de la Divina Misericordia.
Vivía con su hermana y su sobrina. Por testimonio de una persona que lo conoció sabemos de él: "era sacerdote bondadoso, afable y cariñoso. (...) Persona profundamente religiosa que llevó su sacerdocio con una gran fortaleza de ánimo, entregado a su parroquia y a extender el reino de Dios a todos. (...) Pasaba muchas horas en el confesionario y acudían muchos a él. El fin primordial para él era la Gloria de Dios y la salvación de las almas, empleando cuantos medios pudo conseguir para estos fines, demostrándolo en sus conversaciones, en sus visitas a los enfermos y en el trato con las personas de distintos sexos, así como en el cumplimiento de sus deberes".
Junto a su párroco, fue fusilado en la carretera que conduce a Lopera (Jaén) en la madrugada del 18 de agosto de 1936. Su cadáver fue sepultado en fosa común. Hoy sus restos reposan en el cementerio de Lopera. Al ser detenido dicen que preguntó: "¿adónde me lleváis, si yo he hecho todo el bien que he podido al pueblo?".
ANTONIO ZURITA MESTANZA
+ Villa del Río (Córdoba), 18-VIII-1936 • 46 años
Antonio Zurita trabajaba como sacristán y sochantre de su parroquia de la Inmaculada Concepción. Era una de las "personas residentes en este término municipal, que durante la dominación roja fueron muertas violentamente o desaparecieron y se cree fueran asesinadas", tal y como se anota sobre él en la Causa General conservada en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, con dos legajos. Se anota en su expediente que su filiación política era de "derechas", pero fue detenido por los elementos de izquierdas únicamente por motivos religiosos.
Antonio Zurita fue fusilado en un paraje cercano al término de Lopera (Jaén). Se desconoce quiénes fueron sus asesinos, según la instrucción cursada para la Causa General, haciéndose constar lo siguiente: "No pueden concretarse por haber sido realizado el hecho criminoso en forma colectiva y estar los sumarios pendientes por parte de la Autoridad militar". Su partida de defunción sí fue inscrita convenientemente en el Registro Civil.
ALFONSO CANALES ROJAS
SACERDOTE, 31 años
12/05/1905 PEDRO ABAD (CÓRDOBA)
23/07/1936 VILLA DEL RÍO (CÓRDOBA)
Sacerdote de la diócesis de Córdoba. Recibió el presbiterado el 17 de diciembre de 1927. Después de estar durante dos años como coadjutor en Villaviciosa, en 1930 pasa a Almodóvar del Río. Su párroco, Tadeo Millán, ve en su coadjutor "un fiel cumplidor de su sagrado ministerio". Pero a los dos años es trasladado a su pueblo natal, también como coadjutor, donde cumple con entera satisfacción del párroco su tarea pastoral.
Al estallar la Guerra Civil le detuvieron entre otras personas, convirtiendo en cárcel un gran local mal acondicionado, con dos grandes ventanas al exterior, y por ellas los tirotearon los guardias que los custodiaban, antes de huir de las tropas nacionales que se aproximaban. Él resultó ileso y antes de ir al encuentro de su madre pasó por casa (…). Al no encontrar la llave de la Iglesia para decir misa, nos avisó al día siguiente para poder celebrarla en el oratorio particular de D. Antonio Pérez Vacas. La oímos, nos despedimos y al poco tiempo lo vimos huyendo de los milicianos que tomaban por segunda vez el pueblo (21 de julio). Según nos contaba su madre después, salieron del pueblo para refugiarse en algún cortijo y, por el camino le iba diciendo que confiara mucho en Dios y que se arrepintiera de sus pecados porque le iba a dar la absolución. Después lo arrancaron de los brazos de su madre y ya no lo volvió a ver en esta tierra."
El informe de Eugenio Barbancho completa el anterior: "vióse obligado a huir del pueblo y esconderse en el cortijo llamado El Cerote. Allí fue delatado por…, que avisó a los milicianos y lo detuvieron y lo condujeron a Villa del Río juntamente con su madre. Durante el trayecto sufrió vejámenes y torturas de sus propios paisanos. Llegados al Ayuntamiento, sin formar siquiera un simulacro de juicio, lo llevaron a la cárcel, en cuyo patio lo asesinaron (…) esto ocurrió el 24 de julio."