Autor: Francisco José García Llorente
Fuente: Revista de Feria 2003.
Éxito amagro. La campaña realizada por el Villa del Río C.F. en el campeonato de Liga Regional Preferente Temporada 2001/02 puede catalogarse como exitosa. Ya de por sise partía con un doble objetivo de difícil realización. Por un lado intentar consolidar un poquito más el fútbol amateur en nuestra localidad, intentando que el aficionado deje a un lado el balompié televisivo y retorne a sus orígenes, apoyando lo que realmente es suyo y tiene más cercano. Y por otro mejorar deportivamente la quinta plaza final lograda en la temporada precedente.
Con estos objetivos se pusieron a trabajar Manolo Aguilera y sus chicos, encontrándose desde el inicio con varias sorpresas de distinta índole. Burocráticamente llegaba bien pronto el primer "palo" con el drástico recorte que en la Subvención Municipal se hacía desde el Ayuntamiento de Villa del Río. Este mazazo provocaba la dimisión irrevocable del hasta entonces presidente Juan Manuel Moreno que en un gesto que le honra y como hombre de palabra, prefirió marcharse ante la imposibilidad de cuadrar el presupuesto del club o de verse abocado a incumplir lo acordado en su día. Contra reloj había que buscar un nuevo presidente, un hombre que compaginara aficiones balompédicas y capacidad de gestión económica para buscar y cuadrar los treinta y tantos mil euros que podría tener de presupuesto el equipo. Arropado y empujado por varios amigos y empresarios, Miguel Ángel Pérez daba el salto hacia un cargo tan esforzado como ingrato. Afortunadamente se podía echar a rodar con todas las de la ley y se tramitaba la inscripción oficial en la Federación Andaluza de Fútbol. Pero no todo eran penas y problemas, deportivamente Manolo Aguilera no tenía en que envidiar a equipos profesionales de nuestro fútbol, ya que en plena pretemporada y con un duro y diario plan de trabajo se encuentra con cerca de ¡30 jugadores! que acuden a su llamada.
Alguno de ellos incluso llegado de fuera, siendo el caso más significativo el del cardeñero Pedro Luis que a sus 37 años y tras ser profesional del fútbol, con dos temporadas en el Écija Balompié en 2a
División A, quería jugar a toda costa en el Villa del Río C.F. sin importarle el mínimo sueldo que como compensación podría recibir ya que la unión y la armonía del grupo humano que compone el equipo comienza a traspasar fronteras.
Tras una preparación intensa en trabajo y parca en resultados llega la hora de la verdad, el campeonato arranca de manera positiva venciendo por la mínima al
Peñarroya. Los partidos se suceden y las victorias siguen cayendo del bando villarrense, en los primeros tres meses de competición tan sólo la Rambla y el Ateo.
Cordobés doblegan a los nuestros, aunque siempre queda la estéril satisfacción de haberles tuteado. Se finaliza la primera vuelta con tan solo tres derrotas en una meritoria quinta plaza y con la esperanza que el equipo va en franca progresión ascendente. La segunda vuelta arranca con la misma tónica hasta que llega una cita que sería crítica, el sábado 26 de Febrero de 2002, en El
Fontanar se ven las caras Ateo. Cordobés y
Villa del Río, dos de los aspirantes a seguir la estela de un intratable Egabrense. Encima en el banquillo del cuadro capitalino se sienta nuestro paisano Pedrito, más alicientes para un partido imposible. Más de medio centenar de villarrenses arropan al equipo que realiza un partido serio y disciplinado, sabiendo sufrir las acometidas locales hasta que a veinte minutos del final un zapatazo de Pedro Luis pone por delante al Villa del
Río y le da tres importantísimos puntos y el pasaporte para aspirar a todo. Por mucho que ocurriera después la satisfacción de lo que vivimos aquel día no se borrará tan fácil de nuestra memoria. Sin embargo unos días después salta la noticia al comprobar que el Ateo. Cordobés ha denunciado al Villa del Río C.F. por una presunta alineación indebida, al entender que se han alineado más de cuatro jugadores mayores de 28 años no formados en el club. La noticia que extraña en un principio crea ciertas dudas y más al comprobar la veracidad de la denuncia ya que a Víctor, Pedro Luis, Leo y Fernando hay que añadir el inesperado caso de Antonio Moya que curiosamente cumplió la edad en su minietapa en el Iliturgi, por lo que contabilizaba como un foráneo más. La preocupación y el desánimo cunde en el Villa del Río C.F. y por partida doble. Primero porque está claro que se ha cometido un error involuntario, pero error al fin y al cabo y por tanto habrá que pagar una factura en forma de sanción (Pérdida del partido ganado en su día y tres puntos más de sanción por alineación indebida), lo que cortaría en seco la trayectoria ascendente que llevaba el club en el campeonato y segundo por venir esta reclamación del cuadro capitalino. Todos los tiros apuntan a Pedrito, porque el aficionado se pregunta que ¿quién mejor que él no va a saber la edad y la trayectoria de la plantilla villarrense?. Bien es cierto que como filial del Córdoba C.F. este equipo dispone de un nivel organizativo superior a la media de la categoría. Por mucho que su delegado Pepe Naranjo destaque por esta oscura labor de control y análisis total de los rivales, la figura de Pedrito queda seriamente discutida, aunque él no deje de ser un simple empleado del club, y esté a merced de sus "jefes17. Y es que aunque estén en su perfecto derecho para reclamar lo que creen que es justo y aunque él desconociera en un principio el paso que iba a dar su club, ya que la orden de presentar dicha reclamación viniera impuesta desde otros estamentos del club. Lo que causa indignación es que con la amistad que hay entre nuestro paisano y la mayoría del plantel villarrense, incluso con lazos familiares con algún directivo, éste al menos, no diese la cara con una simple llamada telefónica a su amigo Manolo Aguilera, en la que comunicara la denuncia efectuada por su club. Enterarse a través de la pantalla de un ordenador, vía internet no deja de ser algo muy moderno pero excesivamente frío.
Para un grupo humano en el que la amistad y el compañerismo pintan muy por encima de otros intereses como el económico o el meramente deportivo, lo que más dolió no fue el error cometido o la previsible y justa sanción que acarrearía, sino que en esta denuncia haya estado metido por medio con mayor o menor participación, un hombre de la casa tan querido y admirado por todos como Pedrito.
Al final el recurso del Villa del Río C.F. es estimado en parte por el Comité de Competición de la F.A.F. que da el partido por perdido a los nuestros por tres goles a cero, pero afortunadamente desestima cualquier otra sanción añadida. Este hecho deja muy tocado anímicamente al equipo, lo que se traduce en la pérdida de puntos inesperados en sus próximos partidos. Sin embargo el equipo poco a poco reacciona y logra encadenar siete victorias en los últimos ocho partidos finalizando en una brillante tercera plaza a tan sólo tres puntos de poder disputar la parte de ascenso a 3a División y superando a equipos del potencial del Córdoba Balompié, Priego o el propio Ateo. Cordobés. Incluso pueden presumir de ser el único equipo que fue capaz de derrotar al campeón Egabrense en todo el campeonato de liga.
En resumen una temporada exitosa en la faceta deportiva, aunque para el recuerdo siempre quedará marcada por una denuncia tan justa como dolorosa, que vino a ratificar que incluso a estas escalas, el fútbol y el deporte en sí cuenta ya con demasiados intereses creados. Afortunadamente y no sé por cuanto tiempo Villa del Río seguirá siendo uno de los últimos vestigios de ese fútbol romántico, en el que los sentimientos, la amistad y el amor a unos colores y la afición a un deporte serán el motor del mismo.
Fuente: Revista de Feria 2003.
Éxito amagro. La campaña realizada por el Villa del Río C.F. en el campeonato de Liga Regional Preferente Temporada 2001/02 puede catalogarse como exitosa. Ya de por sise partía con un doble objetivo de difícil realización. Por un lado intentar consolidar un poquito más el fútbol amateur en nuestra localidad, intentando que el aficionado deje a un lado el balompié televisivo y retorne a sus orígenes, apoyando lo que realmente es suyo y tiene más cercano. Y por otro mejorar deportivamente la quinta plaza final lograda en la temporada precedente.
Con estos objetivos se pusieron a trabajar Manolo Aguilera y sus chicos, encontrándose desde el inicio con varias sorpresas de distinta índole. Burocráticamente llegaba bien pronto el primer "palo" con el drástico recorte que en la Subvención Municipal se hacía desde el Ayuntamiento de Villa del Río. Este mazazo provocaba la dimisión irrevocable del hasta entonces presidente Juan Manuel Moreno que en un gesto que le honra y como hombre de palabra, prefirió marcharse ante la imposibilidad de cuadrar el presupuesto del club o de verse abocado a incumplir lo acordado en su día. Contra reloj había que buscar un nuevo presidente, un hombre que compaginara aficiones balompédicas y capacidad de gestión económica para buscar y cuadrar los treinta y tantos mil euros que podría tener de presupuesto el equipo. Arropado y empujado por varios amigos y empresarios, Miguel Ángel Pérez daba el salto hacia un cargo tan esforzado como ingrato. Afortunadamente se podía echar a rodar con todas las de la ley y se tramitaba la inscripción oficial en la Federación Andaluza de Fútbol. Pero no todo eran penas y problemas, deportivamente Manolo Aguilera no tenía en que envidiar a equipos profesionales de nuestro fútbol, ya que en plena pretemporada y con un duro y diario plan de trabajo se encuentra con cerca de ¡30 jugadores! que acuden a su llamada.
Alguno de ellos incluso llegado de fuera, siendo el caso más significativo el del cardeñero Pedro Luis que a sus 37 años y tras ser profesional del fútbol, con dos temporadas en el Écija Balompié en 2a
División A, quería jugar a toda costa en el Villa del Río C.F. sin importarle el mínimo sueldo que como compensación podría recibir ya que la unión y la armonía del grupo humano que compone el equipo comienza a traspasar fronteras.
Tras una preparación intensa en trabajo y parca en resultados llega la hora de la verdad, el campeonato arranca de manera positiva venciendo por la mínima al
Peñarroya. Los partidos se suceden y las victorias siguen cayendo del bando villarrense, en los primeros tres meses de competición tan sólo la Rambla y el Ateo.
Cordobés doblegan a los nuestros, aunque siempre queda la estéril satisfacción de haberles tuteado. Se finaliza la primera vuelta con tan solo tres derrotas en una meritoria quinta plaza y con la esperanza que el equipo va en franca progresión ascendente. La segunda vuelta arranca con la misma tónica hasta que llega una cita que sería crítica, el sábado 26 de Febrero de 2002, en El
Fontanar se ven las caras Ateo. Cordobés y
Villa del Río, dos de los aspirantes a seguir la estela de un intratable Egabrense. Encima en el banquillo del cuadro capitalino se sienta nuestro paisano Pedrito, más alicientes para un partido imposible. Más de medio centenar de villarrenses arropan al equipo que realiza un partido serio y disciplinado, sabiendo sufrir las acometidas locales hasta que a veinte minutos del final un zapatazo de Pedro Luis pone por delante al Villa del
Río y le da tres importantísimos puntos y el pasaporte para aspirar a todo. Por mucho que ocurriera después la satisfacción de lo que vivimos aquel día no se borrará tan fácil de nuestra memoria. Sin embargo unos días después salta la noticia al comprobar que el Ateo. Cordobés ha denunciado al Villa del Río C.F. por una presunta alineación indebida, al entender que se han alineado más de cuatro jugadores mayores de 28 años no formados en el club. La noticia que extraña en un principio crea ciertas dudas y más al comprobar la veracidad de la denuncia ya que a Víctor, Pedro Luis, Leo y Fernando hay que añadir el inesperado caso de Antonio Moya que curiosamente cumplió la edad en su minietapa en el Iliturgi, por lo que contabilizaba como un foráneo más. La preocupación y el desánimo cunde en el Villa del Río C.F. y por partida doble. Primero porque está claro que se ha cometido un error involuntario, pero error al fin y al cabo y por tanto habrá que pagar una factura en forma de sanción (Pérdida del partido ganado en su día y tres puntos más de sanción por alineación indebida), lo que cortaría en seco la trayectoria ascendente que llevaba el club en el campeonato y segundo por venir esta reclamación del cuadro capitalino. Todos los tiros apuntan a Pedrito, porque el aficionado se pregunta que ¿quién mejor que él no va a saber la edad y la trayectoria de la plantilla villarrense?. Bien es cierto que como filial del Córdoba C.F. este equipo dispone de un nivel organizativo superior a la media de la categoría. Por mucho que su delegado Pepe Naranjo destaque por esta oscura labor de control y análisis total de los rivales, la figura de Pedrito queda seriamente discutida, aunque él no deje de ser un simple empleado del club, y esté a merced de sus "jefes17. Y es que aunque estén en su perfecto derecho para reclamar lo que creen que es justo y aunque él desconociera en un principio el paso que iba a dar su club, ya que la orden de presentar dicha reclamación viniera impuesta desde otros estamentos del club. Lo que causa indignación es que con la amistad que hay entre nuestro paisano y la mayoría del plantel villarrense, incluso con lazos familiares con algún directivo, éste al menos, no diese la cara con una simple llamada telefónica a su amigo Manolo Aguilera, en la que comunicara la denuncia efectuada por su club. Enterarse a través de la pantalla de un ordenador, vía internet no deja de ser algo muy moderno pero excesivamente frío.
Para un grupo humano en el que la amistad y el compañerismo pintan muy por encima de otros intereses como el económico o el meramente deportivo, lo que más dolió no fue el error cometido o la previsible y justa sanción que acarrearía, sino que en esta denuncia haya estado metido por medio con mayor o menor participación, un hombre de la casa tan querido y admirado por todos como Pedrito.
Al final el recurso del Villa del Río C.F. es estimado en parte por el Comité de Competición de la F.A.F. que da el partido por perdido a los nuestros por tres goles a cero, pero afortunadamente desestima cualquier otra sanción añadida. Este hecho deja muy tocado anímicamente al equipo, lo que se traduce en la pérdida de puntos inesperados en sus próximos partidos. Sin embargo el equipo poco a poco reacciona y logra encadenar siete victorias en los últimos ocho partidos finalizando en una brillante tercera plaza a tan sólo tres puntos de poder disputar la parte de ascenso a 3a División y superando a equipos del potencial del Córdoba Balompié, Priego o el propio Ateo. Cordobés. Incluso pueden presumir de ser el único equipo que fue capaz de derrotar al campeón Egabrense en todo el campeonato de liga.
En resumen una temporada exitosa en la faceta deportiva, aunque para el recuerdo siempre quedará marcada por una denuncia tan justa como dolorosa, que vino a ratificar que incluso a estas escalas, el fútbol y el deporte en sí cuenta ya con demasiados intereses creados. Afortunadamente y no sé por cuanto tiempo Villa del Río seguirá siendo uno de los últimos vestigios de ese fútbol romántico, en el que los sentimientos, la amistad y el amor a unos colores y la afición a un deporte serán el motor del mismo.