CORRESPONSALES. ABC CÓRDOBA Jueves , 10-12-09
La campaña de la aceituna ya ha comenzado en la provincia y son muchos
los inmigrantes que desde hace más de un mes buscan un tajo para poder
trabajar.
Este año se va a necesitar menos mano de obra extranjera, ya que las
altas cifras de desempleo han llevado a muchos trabajadores de la
construcción y sus afines a buscar un salario en el campo.
En Priego, la mayoría de inmigrantes procede de Marruecos, y ya desde
mediados del mes pasado están abiertos los dos albergues de la
localidad con un total de 48 plazas que en la actualidad se encuentran
completos. No obstante, muchos de los inmigrantes se encuentran
alojados en cuevas y cortijos abandonados, en unas condiciones
insalubres y con falta de luz y agua potable.
Cruz Roja atendió durante el pasado mes de noviembre un total de 140
foráneos, de los que 108 eran varones y 32 mujeres, y en los que más
del 93 por ciento se encontraba en situación de desempleo. De ellos,
más de 70 no tenían hogar y estaban esperando la apertura de los
albergues y buscando vivienda para el alquiler, informa M.O.
Pidiendo en la calle
En los pueblos del Alto Guadalquivir, los inmigrantes se están
encontrando con las mismas dificultades para acceder a un puesto de
trabajo, lo que está provocando que muchos demandantes de empleo
llegados de otros países, principalmente de Rumania, se vean abocados
a mendigar por las calles más comerciales de las poblaciones de
Montoro, Adamuz, Bujalance y Villa del Río.
Según confirmó ayer a ABC fuentes de la Policía Local de Montoro,
hasta la fecha «se aprecia la llegada de menos individuos en el
municipio», descartándose, por el momento, «la presencia de casas
pateras y asentamientos incontrolados», aunque, eso sí, «el
dispositivo de inspecciones está abierto», informa A.O.S.
En Puente Genil, también ha descendido notablemente la mano de obra de
inmigrantes en las tareas agrarias. Según fuentes consultadas del
sector, en las últimas campañas de recogida de aceituna de almazara,
es decir para la producción de aceite, el 50% de la plantilla la
engrosaban trabajadores nacionales y la otra inmigrantes, sobre todo,
rumanos.
Sin embargo, en esta campaña las cifras han cambiado. En torno al 80
por ciento de los operarios del campo es de la localidad y el resto o
en algunas ocasiones menos, foráneos.
Estas cifras están estrechamente relacionadas con el descenso de
extranjeros, también de racionalidad rumana, que ocupaban determinadas
en la ciudad. Así, en el Señor del Río, frente a los 70 inmigrantes
que de media ocupaban estas casas, escasamente una decena habitan en
ellas, informa V.R.
La localidad de Rute también ha notado una disminución de población
foránea. Se advierte en las calles, con una presencia sensiblemente
menor. Pero también en la información que maneja la Oficina Municipal
de Inmigración. Según su responsable, Cristina Rodríguez, esos datos
son «proporcionales» a la cantidad real.
Actualmente, el municipio cuenta con 610 personas no españolas
empadronadas. De ellas, hasta la fecha han pasado por la oficina 239.
Esa cifra contrasta con la de años anteriores. Ya en 2008 se atisbó lo
que estaba por venir y el número de extranjeros que recurrió a este
servicio fue 265, informa FP.