El Ayuntamiento reclama a la Junta las ayudas prometidas tras la catástrofe
El alcalde asegura que no han recibido ni un céntimo de las subvenciones
Son muchos los vecinos cerca de la ruina económica tras la riada mortal
Toñi Caravaca | Córdoba
Actualizado lunes 25/07/2011 08:11 horas EL MUNDO
Han pasado ya más de dos meses desde que una riada mortal cambiara la
suerte de muchos vecinos del municipio cordobés de Cañete de las
Torres. Serán pocos los que olvidarán la tormenta caída sobre esta
localidad la tarde del 18 de mayo. El agua se apoderó de cerca de 150
viviendas y numerosos locales comerciales. El lodo y el barro
transformaron la imagen típica de un pueblo que reclamaba ayuda a
gritos a las instituciones.
Cañete de las Torres, un pueblecito del Alto Guadalquivir de algo más
de 3.000 habitantes, este día fue situado en el mapa por los medios de
comunicación nacionales que se hicieron eco de su desgracia. Desde
entonces, y a pesar de los graves daños ocasionados, la localidad
intenta recomponerse y recuperar la normalidad. Una tarea que se torna
difícil, sino imposible, cuando las administraciones no se hacen cargo
de los compromisos adquiridos tras la riada.
El alcalde de Cañete, el popular Félix Romero, asegura que los
cañeteros están echando en falta las ayudas extraordinarias prometidas
por parte de la Junta para pagar los gastos generados por la limpieza
de la red viaria y también del Gobierno central directamente a los
vecinos para paliar los daños sufridos en sus bienes y enseres.
A esto se une que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de
Andalucía está haciendo poco, por no decir nada, por limpiar el cauce
del arroyo el Cañetejo, que fue el que provocó, con su desbordamiento,
la inundación, pues la bóveda que se hizo años atrás para encauzarlo
es pequeña y no soportó la cantidad de agua caída.
Gastos en limpieza del viario
El Consistorio ha gastado ya 300.000 euros en despejar de fango el
viario público y ahora está a la espera de que lleguen las ayudas que
tapen este agujero en unas arcas que no están especialmente boyantes.
La Diputación de Córdoba es la única institución que, hasta la fecha,
está ayudando en algo. "A día de hoy no nos ha llegado absolutamente
ni un céntimo. Cañete no puede así restablecer la normalidad por
completo", apunta Romero.
Manuel Jesús es un operario municipal que estos días se afana por
dejar impecable un parque infantil ubicado en la zona céntrica de
Cañete. El suelo donde reposan los columpios y toboganes fue
arrastrado por la fuerza del agua aquella tarde. Hoy, más de dos meses
después, "se ha conseguido recuperar poco a poco". Rafael ha sido
contratado por la comunidad de uno de los bloques de vecinos más
afectado por la riada. Ésta se llevó la puerta de acceso al mismo
rompiendo a su paso cristales y dañando las paredes. "Los destrozos
fueron grandísimos. Las casas fueron arrasadas, las paredes tumbadas.
Cañete se recupera pero muy lentamente".
Francisco tiene más complicado olvidar lo ocurrido. Pasado este
tiempo, continúa de alquiler con la ayuda del Ayuntamiento. El agua
superó en su casa los dos metros de altura. Los albañiles se afanan
todavía en no dejar de rastro de la riada. La factura le costará,
calcula, más de 20.000 euros y porque ha decidido no arreglar toda la
vivienda. En situación similar se encuentra Mari Ángeles. Su vivienda
está ubicada en la confluencia de dos calles, por lo que el agua le
entró aquel día con tal fuerza que terminó hundiéndole el suelo del
salón. Ésta acababa de terminar de reforma su casa cuando la
inundación la dejó peor que antes de comenzar la obra.
Hoy sólo ha podido arreglar la peluquería, instalada en el interior de
la vivienda, y porque es lo que le proporciona el sustento. Su
desesperación es tal que dice que tiene los zapatos gastados de ir
todos los días a hablar con el alcalde para que le conceda una
licencia de obras que no llega. ¿La razón? El consorcio de seguros
necesita conocer la valoración de los daños producidos en la bóveda
del arroyo que se desbordó para autorizar el pago a esta familia.