viernes, 4 de julio de 2014

EL PUENTE ROMANO DE VILLA DEL RÍO

Son tantas las solicitudes, los escritos y los eventos promocionales, así como las innumerables actividades que se están llevando a cabo y que han venido haciéndose desde hace más de veinte años, que lo único que puedo llegar a concluir es que se está jugando con la identidad y la propia historia de un pueblo.


El Puente Romano de Villa del Río, que formó parte de la Vía Augusta y que ha sido datado en el siglo I, tiene entre sus mayores logros haber sido considerado en varias ocasiones el puente romano mejor conservado de toda Andalucía, siendo también, como expresa la Asociación Defensores y Amigos del Puente Romano de esta localidad: "el único ejemplo conservado que aglutina tres recursos arquitectónicos poco comunes en la historia de la construcción civil".



Ninguno de estos reconocimientos es suficiente para tener una conciencia real de lo que estamos hablando. De nada sirve otorgarle la categoría de Bien Interés Cultural, pues parece ser que el mayor error que tuvieron nuestros antepasados romanos fue construirlo en este término municipal, del que también se ha dudado sobre su pertenencia al mismo por su posición limítrofe con la provincia de Jaén. De hecho, no quiero pensar que sea esa una de las razones por las que las administraciones siguen haciendo oídos sordos a las reiteradas peticiones que, desde décadas atrás, se vienen realizando con el objeto de que se actúe de manera inmediata para salvaguardarlo. Que esté situado en un pueblo no significa que su importancia patrimonial sea menor.


No necesita más remiendos, ni parches, ni más fotografías de políticos con reparaciones simbólicas. Los estudios realizados demuestran que, entre sus mayores amenazas, están las crecidas del arroyo Salado, que han llevado a convertirlo en un enfermo en fase terminal, una agonía silenciosa que viene advirtiendo su previsible derrumbamiento. La fecha de la muerte es incierta, pero puede que todavía estemos a tiempo y podamos evitarla. Se requiere una actuación urgente y, aunque el actual titular es el Ministerio de Fomento, se exige un ejercicio de responsabilidad de todas las administraciones que puedan ser competentes. Pasarse la pelota de unos a otros ya está demasiado visto. Llegado a este punto, es comprensible que la anterior asociación no descarte las correspondientes acciones judiciales.


Por poner un ejemplo, ¿podría entenderse, salvando las distancias, la ciudad de Granada sin la Alhambra? Lo mismo sucede con Villa del Río, que seguiría siendo la puerta de Córdoba, pero quedaría huérfano de su Puente.

Por tanto, no solo está en juego el monumento en sí, sino que también lo está la seña de identidad del municipio, uno de sus mayores reclamos y, junto a otros elementos, uno de los estandartes más reconocidos de su propio escudo.

Con la mínima intención de difundir aun más esta problemática, e insisto, monumento de todos, en nombre de mi pueblo agradezco a El Día este espacio que nos ha reservado.


José Antonio León Llorente
Twitter @vistadpajaro
Villa del Río – Córdoba.