domingo, 10 de enero de 2021

Un nuevo vertido contaminante en el arroyo Salado de Villa del Río lo deja lleno de espuma

Es una situación que se produce año tras año en estas fechas
 VILLA DEL RÍO ARROYO SALADO


 Vertido en el arroyo Salado. Foto de Juan Relaño

El arroyo Salado, en Villa del Río, ha vuelto a tener vertidos de alpechín y sosa, hasta el punto de que el pasado 8 de enero ofreció una imagen tristemente espectacular, con el caudal lleno de espuma. Miembros de la asociación local 'Setas y bosque' han vuelto a denunciarlo por las redes sociales y están preparando un reportaje para la televisión comarcal al respecto.

Y decimos han vuelto a denunciarlo porque es un vertido que se repite desde hace años. Coincide con la campaña de la aceituna y aprovecha los días de lluvia para pasar los más desapercibido posible. Uno de los responsables de 'Setas y bosque', el biólogo Juan Relaño, ha explicado a CÓRDOBA HOY que durante mucho tiempo han denunciado en otras instancias sin consecuencias: "No se sabe de dónde vienen los vertidos porque tampoco lo quieren investigar, o proceden del trayecto a Porcuna o del trayecto a Lopera". Y la supuesta incógnita sigue a pesar de que, como indica este biólogo, "el Seprona va, también Medio Ambiente de la Junta y la Confederación Hidrográfica toma muestras: todos tienen conocimiento".

El pasado 8 de enero, el propio Relaño denunciaba en su Facebook el vertido con sentido del humor pese a la ocasión, pues la cantidad de espuma era enorme como se puede comprobar en las fotos que él mismo tomó. Y así lo comentaba: "No ha nevado, pero alguien se ha montado su propia fiesta. Cómo siempre sale rentable contaminar lo que es de todos".

Quizá el desinterés de las autoridades se deba a que muchos consideran al arroyo Salado poco más que un colector. Sin embargo el miembro de 'Setas y bosque' saca del error a los que así lo creen. "Gracias a un programa de la Junta llamado Andarríos apadrinamos un tramo de este arroyo, y estuvimos haciendo análisis o midiendo el ph; la conclusión es que no está tan muerto como parece, pues hay peces que suben del Guadalquivir e incluso nutrias". Además la asociación fotografió a estas nutrias debajo del puente romano, que es Bien de Interés Cultural, otro de los atractivos de la zona.

Debido a la distancia de 1'5 kilómetros al Guadalquivir, este tipo de vertidos acaban en este último río sin que nadie después de años ponga coto a esta práctica.