A.O.S.
POR: ANDRÉS ORGAZ
VILLA DEL RÍO.
La parroquia de la Inmaculada Concepción de Villa del Río guardará siempre el amor de sus fieles. Por ellos, se iniciaron las obras el 10 de septiembre de 1881, y gracias a la colaboración económica de los ciudadanos durante 27 años de obras, se abrieron las puertas de su templo religioso en el año 1908. La devoción religiosa se impuso a aquellos tiempos de dificultad y pobreza, aunque solventados entre la agricultura y la fábrica de chocolate y empresas textiles, que ya anticipaban la inquietud industrial de los villarrenses. Entonces, la iglesia estaba ubicada en el actual Ayuntamiento y se quedó pequeña para acoger la pasión religiosa local. El equipo eclesiástico, integrado por nueve párrocos, entre ellos, Santiago Calero, Juan Cano, Juan Osorio o Manuel Parra, tuvieron la colaboración del recordado alcalde, Pedro Luis Molleja, para ejecutar un acuerdo de compraventa. El Consistorio se quedaría con la iglesia para reconvertirlo en diferentes usos, hasta la casa Consistorial que es hoy. Y el Obispado se hacía con las instalaciones del mercado de abastos San Pedro para construir una iglesia mayor, que podía acoger más de 700 fieles. El proyecto usó piedra de molinaza de Montoro, propiedad de los marqueses del Valle de Sidueñas, asentados en la localidad y que, como el resto, también colaboraron económicamente. Durante 27 años, se siguieron los planos del arquitecto cordobés Moreno Monrroy y la posterior revisión de Castiñeira. Su arquitectura es de estilo historicista, con planta rectangular dividida por tres naves y cabecera plana, destacando el retablo del Sagrario de la Virgen del Carmen, del XVIII. Su inauguración en 1908 «fue clave para el desarrollo social», recuerda Manuel Tirado, párroco de la Inmaculada Concepción desde 1975. La parroquia nunca cambió su uso religioso, sólo trocado durante la Guerra Civil, cuando sufrió un incendio que «afectó al archivo», pero los devotos sufragaron la reparación del tejado y el campanario realizada recientemente. Allí, el 8 de septiembre de 1995, Matías Prats Cañete ofició la oración litúrgica de la fiesta de la Coronación de la Virgen de la Estrella.
POR: ANDRÉS ORGAZ
VILLA DEL RÍO.
La parroquia de la Inmaculada Concepción de Villa del Río guardará siempre el amor de sus fieles. Por ellos, se iniciaron las obras el 10 de septiembre de 1881, y gracias a la colaboración económica de los ciudadanos durante 27 años de obras, se abrieron las puertas de su templo religioso en el año 1908. La devoción religiosa se impuso a aquellos tiempos de dificultad y pobreza, aunque solventados entre la agricultura y la fábrica de chocolate y empresas textiles, que ya anticipaban la inquietud industrial de los villarrenses. Entonces, la iglesia estaba ubicada en el actual Ayuntamiento y se quedó pequeña para acoger la pasión religiosa local. El equipo eclesiástico, integrado por nueve párrocos, entre ellos, Santiago Calero, Juan Cano, Juan Osorio o Manuel Parra, tuvieron la colaboración del recordado alcalde, Pedro Luis Molleja, para ejecutar un acuerdo de compraventa. El Consistorio se quedaría con la iglesia para reconvertirlo en diferentes usos, hasta la casa Consistorial que es hoy. Y el Obispado se hacía con las instalaciones del mercado de abastos San Pedro para construir una iglesia mayor, que podía acoger más de 700 fieles. El proyecto usó piedra de molinaza de Montoro, propiedad de los marqueses del Valle de Sidueñas, asentados en la localidad y que, como el resto, también colaboraron económicamente. Durante 27 años, se siguieron los planos del arquitecto cordobés Moreno Monrroy y la posterior revisión de Castiñeira. Su arquitectura es de estilo historicista, con planta rectangular dividida por tres naves y cabecera plana, destacando el retablo del Sagrario de la Virgen del Carmen, del XVIII. Su inauguración en 1908 «fue clave para el desarrollo social», recuerda Manuel Tirado, párroco de la Inmaculada Concepción desde 1975. La parroquia nunca cambió su uso religioso, sólo trocado durante la Guerra Civil, cuando sufrió un incendio que «afectó al archivo», pero los devotos sufragaron la reparación del tejado y el campanario realizada recientemente. Allí, el 8 de septiembre de 1995, Matías Prats Cañete ofició la oración litúrgica de la fiesta de la Coronación de la Virgen de la Estrella.