Domingo , 28-02-10 (ABC)
PAISAJES Y PERSONAJES CORDOBESES
SE cumplen en este mes cien años del nacimiento del pintor cordobés Pedro Bueno Villarejo, quien nació en Villa del Río el 17 de febrero de 1910 y murió en Madrid el 14 de enero de 1993. Hijo Predilecto de su pueblo, Medalla de Oro de la ciudad de Córdoba, Medalla Nacional de las Bellas Artes, Medalla del Oro del Trabajo y calificado por el critico Camón Aznar «quizás como el mejor retratista del siglo XX». Y sin embargo, hoy un pintor injustamente olvidado
A Villa del Río, Francisco Solano Márquez lo llama «Estrella del Guadalquivir»: Estrella, por la Virgen de la Estrella, su patrona. Y Guadalquivir, por el río que estrecha la población en su meandro. A 52 kilómetros de Córdoba, puerta oriental de la provincia, frente a la de Jaén, que empieza pronto, Villa del Río ha ido creciendo aprisionado entre el río y la carretera nacional Madrid-Cádiz, por un lado, y las vías del tren por otro.
El profesor López Ontiveros lo llama «Pueblo caminero», por esa relación con los caminos, incluso datada de antiguo con la existencia de un puente romano sobre el vecino río Salado. Villa del Río estampa en el alma del viajero el beso blanco de la bienvenida o el del adiós. De Villa del Río es hijo, y ejerció como tal a fe cierta, el extraordinario periodista Matías Prats, pero quedará su perfil para otra ocasión. Centrémonos hoy en nuestro personaje.
Pensionado por la Diputación Provincial, Pedro Bueno se trasladó a Madrid para realizar sus estudios, primero en la Escuela de Artes y Oficios y luego en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Tras el paréntesis de la Guerra Civil, en la que sería herido, reanudó sus estudios, obteniendo los principales premios que otorgaba la Academia de San Fernando: El Paular y Molina Higueras.
En 1943 expone en el Salón de los Once, de la Galería Biosca. En el mismo año obtiene el primer reconocimiento oficial: tercera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes por su obra Retrato de la poetisa Dolores Catarineu. Las exposiciones se suceden y en 1945 participa en la exposición Joven Escuela Madrileña, junto a destacados nombres, y en ese mismo año viajará al Reino Unido, pensionado con la beca del conde de Cartagena por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
En 1954, Pedro Bueno se consagra plenamente, al obtener la primera medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes por su obra «Retrato de la esposa del pintor Álvaro Delgado», que simbolizó el triunfo total de la modernidad en el género del retrato, del que el artista de Villa del Río llegaría a ser uno de los maestros supremos. En 1975 se le adjudican los primeros premios de los concursos nacionales de Alicante y de Córdoba. A los pocos meses de su muerte, el Centro Cultural Conde Duque de Madrid, albergaría una magna exposición de su obra.
Sin descendencia, el pintor había donado en 1982 todo su patrimonio, muebles, inmuebles y obra pictórica (más de doscientos cuadros) a la Caja Provincial de Ahorros, hoy Cajasur, con el deseo de que se hiciera un museo en Córdoba y otro en Villa del Río. Durante un tiempo estuvieron expuestas algunas de las pinturas en el Palacio de Viana, pero luego nada se hizo. Con motivo del centenario de Pedro Bueno, la Asociación que lleva su nombre y personajes como Carlos Clementson y Juan Calleja Relaño han reclamado a Cajasur y al Ayuntamiento de Villa del Río que den los pasos necesarios para cumplir la voluntad del artista.
Pedro Bueno es un personaje cordobés a reivindicar, lleno de humanidad y sublime sencillez, fue pintor de escala valorativa superior, de técnica depurada y moderna concepción del romanticismo esteticista y figurativo, situado en la línea de los más destacados pintores españoles. De él escribió el gran Eugenio D´Ors: «Con un exquisito trazo,/de fina elegancia lleno, / pinta sus maternidades/el blanquiazul Pedro Bueno».