El pasado sábado, 1 de septiembre, tuvo lugar en el atrio de la ermita de la Virgen de la Estrella, de Villa del Río, la ofrenda floral y pregón de las fiestas. Este último fue pronunciado por el villarrense Diego Delgado Cerrillo, que llegó profundamente a los corazones de todos los asistentes por sus emotivas palabras, dedicadas al significado que para él tiene esta celebración.
Este año se han dado cita a este evento multitud de devotos, que llenaron la zona exterior del santuario. La comitiva partió desde la parroquia hasta la ermita y estuvo acompañada por la Agrupación Músico Cultural Puente Romano, de Villa del Río. La celebración de la eucaristía estuvo presidida por el párroco y consiliario de la hermandad, Manuel Tirado Fernández, y cantada por el coro romero Amigos de San Isidro Labrador Alboreá y pregón de las jornadas culturales.
A la mañana siguiente fue la misa en el Humilladero, que estuvo cantada por el coro de la Paz y Esperanza, así como el relato de los segadores. A continuación hubo un desayuno en el cortijo El Humilladero, ofrecido por Manuel Gómez Núñez, Carmen Yerpes la Serrana y Eduardo Cabrera Polo y señora. El día 8 de septiembre es el día grande, como en Cañete de las Torres, localidad que viene celebrando actos también desde el pasado 25 de agosto, con la bajada de la Virgen desde la ermita Madre de Dios hasta la parroquia, donde se ha celebrado la novena y en la que el pasado 1 de septiembre tuvo lugar el pregón a cargo del director de la Caja Rural de Cañete de las Torres, José Antonio Tapia, quien comenzó leyendo un precioso relato de la procesión de la Virgen del Campo a principios del siglo pasado, "pues a pesar el tiempo acompasado de los años se mantiene casi sin cambios este acto liturgico y popular, donde desde los ancianos a los niños, el sentimiento religioso se muestra profundo y emocionado".
Tapia hizo mención a los ilustres pregoneros que le han precedido, haciendo alusión a tantos y tan bellos poemas, "piropos salidos del corazón, poniendo su alma al escribir y en cantar de forma sentida y apasionada sus amores a la Virgen del Campo".
Brevemente, y como si de un río se tratara la memoria, le trajo recuerdos y vivencias que fluyen desde su más tierna infancia en torno a la Venerable "hasta mi paso como hermano mayor de la cofradía". También hizo una breve mención a los actos celebrados con tanta brillantez y al mismo tiempo con tanta emoción con motivo de la Coronación, resaltando la visita de la Virgen Coronada al Nazareno, en su ermita, donde la imagen de Jesús fue expuesta en la puerta de la misma.
Sobre la imagen de la Virgen del Campo, una de las principales obras de Ruiz Olmos, destacó "su sereno rostro".