Actualizado 20.08.2008 - 05:00
Mantener cada año un festival estrictamente flamenco, aunque sea de pequeño formato -tres o cuatro cantaores como máximo- en una verbena popular de las tantas que acontecen durante el verano en Córdoba es una realidad en el Club Figueroa.
Mantener cada año un festival estrictamente flamenco, aunque sea de pequeño formato -tres o cuatro cantaores como máximo- en una verbena popular de las tantas que acontecen durante el verano en Córdoba es una realidad en el Club Figueroa.
En la verbena de esta popular barriada cordobesa el flamenco tiene cabida sin ningún tipo añadiduras extras, detalle a tener en cuenta ofreciéndose el cante y la guitarra en su expresión más genuina, algo que no sucede en otras celebraciones de este tipo.
El pasado domingo en el Parque Figueroa se escuchó a los cantaores Antonio García El Califa, Juan Antonio Camino y Domingo Herrerías, los tres acompañados a la guitarra por Antonio Migueles.
El resultado fue un festival en el que se expusieron una variada selección de cantes, manteniendo los protagonistas una actitud de sincera entrega artística que fue agradecida por el público allí asistente. Cantes en su concepción más tradicional, desarrollados desde la afición, conocimiento y comprometida dicción con las fuentes.
Tanto El Califa como Juan Antonio Camino y Domingo Herrerías demostraron cómo el flamenco sin más puede tener cabida en una verbena popular, focalizando la atención del público. Hay que agradecer que en el Parque Figueroa y en la verbena que se desarrolla en su club se le conceda a este arte un sitio prioritario, prestándole la atención requerida. Que el festival perdure por muchos años.