Son muchos los meses, años diríamos, en los que los habitantes del
Alto Guadalquivir estamos soportando malos olores y humaredas
procedentes de las plantas orujeras ubicadas en nuestra zona.
Cuando este hecho te impide desarrollar tu vida con normalidad,
condicionada por la dirección del viento, cuando merma tus derechos
como ciudadano, derechos como el poder disfrutar de una calidad de
aire limpio y en numerosas ocasiones cuando sufres una contaminación
odorífera brutal día tras día te ves en obligación de decir "BASTA
YA".
Es por esto por lo que nace AGAL