Natural de Villa del Río (Córdoba), se llevó el primer premio dotado con 3.000 euros y un minero
JÉSSICA SOTO | LINARES
20 agosto 201613:45
Un abarrotado teatro Cervantes fue testigo anoche de que las últimas citas del 52 Concurso Nacional de Tarantas 'Ciudad de Linares' interesan y están a la altura de los grandes certámenes de cante flamenco que se celebran a nivel nacional. Tras tres horas y media de concurso, -con la actuación de Manuel Lombo incluida- el jurado hizo público su fallo en la final de cantes de libre elección.
Antonio Haya Morales, natural de Villa del Río (Córdoba), se llevó el primer premio dotado con 3.000 euros y un minero. Fue la concejal de Cultura, Macarena García, quien hizo entrega de este reconocimiento al cantaor que convenció al público, en general, y al jurado, en particular, con una granaina y una caña. La edil del Partido Popular Auxi del Olmo hizo entrega del segundo premio, consistetne en 2.000 euros a la cantaora madrileña Filomena Auñón, que eligió para la final unos cantes por granaina y seguiriya. El tercer mejor cantaor de la noche, a juicio del jurado compuesto por representantes de peñas flamencas de Linares, fue a parar a Jesús León, procedente de El Viso del Alcor (Sevilla). Lo recibió de manos de la concejal de IU Juana Cruz y el premio ascendía a 1.000 euros.
Una noche que comenzó pasadas las nueve con la presentación de África Martínez y con el recuerdo de la cantaora recientemente fallecida Charo López. Una vez realizado el sorteo que determinaría el turno de participación de los artistas, la primera en subir al escenario fue la linarense Belén Vega. La acompañó a la guitarra Juan Ballesteros y deleitó a los asistentes con una granaina y una mariana. Fue muy aplaudida por sus paisanos al igual que el segundo participante que a la poste sería el ganador del concurso, Antonio Haya, a este le siguió Jesús León, tercer clasificado.
Los tres últimos participantes fueron, por este orden, Rosario Campos (Algarrobo-Costa) que cantó por malagueñas y alegrías; José Alconchel (Jeréz) que se decantó por malagueñas y seguiriyas; y, por último, Filomena Auñón.
Una hora, aproximadamente, duró la actuación del cantaor sevillano Manuel Lombo. Eligió el paso de la segunda a la tercera canción que interpretaría en el Cervantes para dirigirles unas palabras a los asistentes. «Gracias por la acogida. Es para mí un placer y una enorme responsabilidad estar en este concurso con tanta solera. Vengo a mostrarles otra parte de mí que fueron mis principios, mis raíces y, en definitiva, de donde yo procedo», dijo el artista. Encandiló al público con seis temas, eligiendo para terminar unas bulerías. En dos de ellos se 'olvidó' del micrófono y, amparándose en la buena acústica que dijo tener el teatro, se aproximó al público con su guitarrista. El teatro se vino abajo y no dudó en agradecer su gesto y su completa actuación.
