El apego hacia alguien, concepto que debemos a la etología, se define
como una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular,
que se desarrolla y consolida entre dos personas, por medio de su
interacción recíproca, y cuyo objetivo más inmediato es la búsqueda y
mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza ya que esto
proporciona seguridad, consuelo y protección.
No se trata de un sentimiento inmaterial, sino de conductas
observables que comienzan de manera refleja. John Bowlby (1907-1990)
fue el primer psicólogo en desarrollar una "Teoría del apego".1
Desde el punto de vista emocional, el apego surge cuando se está
seguro de que la otra persona estará ahí incondicionalmente, lo que
facilita que aparezcan la empatía, la comunicación emocional y hasta
el amor entre estas personas. Desde el punto de vista cognitivo, la
propia existencia de una relación de apego, conlleva a la construcción
de un modelo mental de dicha relación, una imagen de cómo es el propio
niño, representaciones sobre la figura de apego y una teoría mental
sobre la imagen que la figura de apego tiene sobre el niño.
El vínculo de apego suele aparecer en torno al año y suele darse entre
un niño o niña y sus progenitores/cuidadores. Existe la posibilidad de
que la figura de apego cambie a lo largo de la vida. Cada relación de
apego tiene sus características específicas, dado que algunos factores
como la edad o la interacción tienen mucha influencia. Estas
relaciones son muy amplias, pero las más importantes son las de
asegurar la supervivencia de la cría, darle seguridad, autoestima y la
posibilidad de intimar, es decir, tener una comunicación emocional
privilegiada, así como refugiarse en situaciones de angustia o
confusión para sentirse seguro.
¿SE PUEDE VIVIR SIN ESE SENTIMIENTO? ¿SIN VÍNCULOS?
SÁBADO 23 A LAS 11 DE LA MAÑANA EN EL CENTRO CÍVICO PLAZA DE ABASTOS.